lunes, 9 de julio de 2012


EL BLUSÓN DE IS.


El otro día me llamó Isidoro, Is para los amigos… un amigo del pueblo.

Quería comunicarme algo que él consideraba importante, le noté algo alterado, más bien nervioso, como cuando de pequeño  tienes algo que decir que consideras crucial pero no encuentras el momento ni las palabras adecuadas… estaba  relacionado  con la noticia del acelerador de partículas.

Me comentó  que había experimentado en su granero el tema ese de las “partículas”, sí, me dijo que hacía tiempo estaba tratando de conseguir como librase de unas partículas que salían a gran velocidad del granero cada vez  que arrancaba y aceleraba el tractor,  me explicaba que se montaba tal remolino  de gravilla, polvo y restos de grano que no le dejaban ver además de dejarle  la camisa hecha  jirones.

 El caso ya lo tenía solucionado y por eso me llamaba, había encontrado en un baúl de casa el blusón de su padre, recordaba que esa prenda la tuvo su progenitor muchos años y que siempre le protegió de las inclemencias del tiempo, trabajos y de la brega  diaria.

¡El blusón de Is  ha sido todo un hallazgo! Con él ha conseguido protegerse de esas partículas malditas y de la bronca de su mujer cada vez que llegaba a casa hecho unos zorros.

Me comentaba eufórico  de  como veía la idea de poner de moda y comercializar el blusón de trabajo similar al de su padre… ese de tela dura e impenetrable a las partículas como la cara de algunos políticos.

Yo le dije que me compraría uno.

Joaquín Fdez. Igual, incondicional del Blusón de Is. 


1 comentario:

maria dijo...

Yo también quiero uno. Enternecedora historia