"EL MIRADOR" ( Relato) CAPITULO 2º








El Mirador


Relato. Capitulo II.



Lunes

Desde que quedamos en vernos no veo el momento ni lugar para continuar con ese encuentro prometido, quizás a pasado todo tan deprisa…todo el fin de semana esperando, que me llamaras o me dieras una señal, que impaciencia la mía, primero tendrás que leerlo, analizarlo, saber si estos relatos están dentro de tu apetencias a la hora de poder trabajar con ellos, es como si me hubiera olvidado lo complejo que es la creatividad …, todo lo que ha ocurrido en esta semana ha sido tan lento y fugaz a la vez.

Y aquí estoy, delante de este papel virtual , ya deja de estar en blanco, deseoso  de trasladar en él todo lo que mis pensamientos quieran… me dejo llevar.

Ya no llueve, no hay esperas para verte pasar,   pero si hay música,  algún cigarro  y la luz ya más tardía  me deja encender la lámpara… pongo algo de John Coltrane, en un tema que se llama Every time we say goodbye (Cada vez que decimos adiós)   creo que lo grabó por lo años 60, algo triste como casi todos los blues, no voy a descubrir nada nuevo, pero es apropiado y nostálgico… el saxo para mí siempre a tenido algo especial e influyente,  lleno de  sensaciones.

 Enciendo el cigarro, inhalo el humo y pienso en ese deseo por conocerte mejor  y al exhalarlo pienso si a ti también te mueve ese mismo pensamiento.

 Quizás mire por el ventanal cuando llegue la hora que sueles pasar, ¿como será?, hago un ejercicio mas de imaginación…supongo que por lo menos mirarás hacia aquí, al ventanal ya desnudo, pantalla abierta y hasta ahora línea divisoria de nuestro encuentro.

Seguiré siendo consecuente conmigo mismo, estoy desando verte, seguro que tu miraras, me saludarás, eres mujer de mantener los compromisos, aunque se que en cualquier momento se puedan romper, tu me has mostrado muchas cosas y una de ellas es lo efímero que puede ser lo deseado.
Esa  fragilidad del ser siempre ha sido una constante en mi vida, todo el mundo tenemos un sentido de la propiedad muy arraigado, no queremos perder nada de lo que conseguimos sin pensar que en
realidad nada es nuestro ni nadie nos pertenece sobre todo la vida y deseos de los demás. Me encuentro en una etapa de mi vida donde ya no busco tener, simplemente estar  en aquello donde los demás me dejan entrar para poder compartir y aportar lo que yo pueda dar.

Muy melancólico me he puesto, ¿Por qué será?

He dejado de escribir para asomarme, es la hora, te veo, parece programado, vienes por la acera de enfrente tu andar es decidido como siempre. Mis latidos son mas fuertes, me siento nervioso, al pasar por la tienda de Martín me miras con una leve sonrisa, es demasiado lo que me ocurre, antes de que puedas hacer cualquier ademán levanto la mano y te saludo. Te paras, levantas la mano con el dedo índice extendido, haces unos giros sobre tu muñeca y  te la llevas a la oreja. Te he entendido María… mañana me llamas.
Asiento con mi dedo pulgar hacia arriba, lenguaje de signos convencional para la comunicación a distancia.
Me dice adiós y se marcha mirándome por última vez  antes de doblar la esquina… Hasta mañana María
Fugaz encuentro pero lleno de taquicardia y buenas sensaciones, no podía pedir más.

Espero tu llamada.

Martes

Me he quedado un poco transpuesto en el sofá, miro el teléfono que había dejado encima de la mesa para ver si has llamado o dejado algún mensaje, veo que no… ya estoy otra vez con la impaciencia, controla Diego…

Me apetece tomar algo...un poco de ron con cola podría estar bien, la tarde cae y el aparato de música me mira penoso por mi temporal abandono, lo enciendo y busco algo sugerente... si, esto puede estar bien...es: Billie Holiday y Lester Young: en el tema  Fine and Mellow (fina y suave). Enciendo el cigarro y cuando la primera calada ha penetrado, siento el espacio-tiempo dividido en mí, saboreo el trago y mis bellos se despiertan  cuando el teléfono suena… es María.
Lo cojo e inconscientemente voy hacia el ventanal, allí descuelgo, sentado en nuestro mirador.

Diego:           Hola María.

Maria:           Hola Diego, ¿puedes hablar o te interrumpo?

Diego:           - De ninguna manera…Te estaba esperando, tengo todo el tiempo que quieras para ti.

María:        Que bien… bueno he de decirte que empecé a leer tu relato el  sábado  cuando tuve un rato de tranquilidad, es mas , apagué el teléfono, quería concentrarme en ello y la verdad y es que no paré hasta terminarlo.

Diego:           ¿Y eso lo entiendo como buena señal?

María:           ¡Si, claro!. Lo volví a leer el domingo más detenidamente para abstraerme y ver las imágenes que me sugiere tu escrito.

Diego:            ¿Y te ha seducido lo suficiente para colaborar en ello?

María:             Si, pero hay algo que me haría sentir mas implicada y es que tu vieras como es mi trabajo, yo no me he decidido hasta leerlo, lo mas equitativo sería que  tu puedas  hacer lo mismo y ver si mi estilo encaja.

Tiene razón, una cosa es la confianza por la sin razón y las ganas que tengo de trabajar en algo juntos y otra ver nuestra relación como una cooperación profesional.

Diego:       Claro María,  es lo normal en estos casos, además estoy deseando ver tus dibujos, también te agradezco tu interés en esto con la particularidad que casi ha sido un asalto por mi parte, sin olvidar la  ayuda de Martín…

María y Diego: A la vez: Bueno, entonces quedamos……ja, ja, ja, que bueno,  ja, ja, ja.

Risas, risas relajadas y abiertas de par en par, ha sido nuestra primera coincidencia de pensamiento y obra.

María:          - Después de esto está claro que no podemos dejar pasar mas tiempo, así que… ¿ dime tu algún sitio…?

Diego:           ¿Qué te parece mañana el café Fornos?, está cerca de aquí. Dime tu la hora.

María.           Si, sobre las cinco y media de la tarde, ¿te viene bien...?

Diego:              Perfecto, allí estaré.

María.               Entonces hasta mañana Diego.

 Diego:              Hasta mañana María.

Después de colgar me quedo unos instantes mirando a la pantalla del teléfono con su nombre grabado, nunca me había dado un “subidón” así cuando han nombrado mi nombre.
Le doy un trago al resto de ron, miro por el ventanal, ya es de noche, Martín ha cerrado y la luz de la  farolas de la calle me ayudan a orientarme para encender   mi lámpara de mesa, le doy al Repeat…del CD, vuelvo a escuchar a Billi Holiday, me siento  y comienzo a escribir estos retazos de emociones.



Miércoles

Anoche tardé en conciliar el sueño,,, después de hablar con María todo lo que pensaba se convertía en un conglomerado de frases, imágenes, recuerdos...sin poder ordenar nada en mi mente, era imposible… me levanté un par de veces, llegue a pensar durante  ese trance, entre  somnolencia y surrealismo que si me ponía de pié todo lo que estaba en mi cabeza caería por su propio peso por la ley de la gravedad y me dejaría la mente limpia para poder dormir…gravedad, gravedad la mía por pensar esas cosas, me plantearé ver a un psiquiatra.

Hoy hemos quedado, eso si lo tengo claro, no ha sido un sueño, aunque mi desasosiego de anoche me hacia pensar que si lo fuera.

 Prepararé una copia del relato, por si ella no lo lleva… ¿pero como no lo va ha llevar Diego?! si tendrá anotados apuntes sobre lo leído para poderlo discutir. Ya te digo…no rijo bien.

 ¿La habrá gustado de verdad o será que también tiene ganas de realizar algo conmigo?.... Diego no elucubres más y deja pasar las cosas como vengan, lo importante está hecho, nos veremos y charlaremos, de eso se trata.

Ahora repasaré el relato para tenerlo mas fresco, el titulo “Tan Cerca y tan Lejos” en principio parece que es sugerente, aunque le pediré opinión, a lo mejor es demasiado explicito sobre el contenido y requiere algo mas misterioso.
He pensado en llevarme algo de música, para tener un ambiente mas apropiado, si, me llevare algunos CDS, aunque en el café ponen buena música me gustaría algo mas personal, seguro que a Jaime el dueño del café, no le importa, además todos estos líos le gustan,  tenemos buena amistad y estará por la labor.
 A ver,  son las cuatro y veinte, miro por el ventanal, el cielo está plomizo y puede llover en cualquier momento; me apetece ponerme algo que me haga sentirme bien, cómodo  pero tampoco demasiado arreglado, el pantalón negro vaquero con la camisa gris,  la chaqueta de cuero  negra y la bufanda que me regaló Iván, una negra con lunares pequeños de color gris; voy a salir un poco antes para  coger buen sitio, hay  una mesa al lado de la ventana en el rincón que es mi preferida, tiene buena luz y está en  una situación estratégicamente perfecta, me refiero a que estaría bien tener algo de protección para que nada a nuestro alrededor nos interrumpa demasiado.

Salgo a la calle, poca gente, Martín está abriendo la tienda, me saluda, cruzo para saludar a mi cómplice.

Diego:            ¿Hola Martín, que tal?

Martín:           Ya ves, la rutina diaria.

Diego:            He quedado con María, para ver  lo de las ilustraciones

Martín:           ¡Ah!,  La cosa va rápida.. ¿No?

Diego:             Pues más de lo que yo pensaba

Martín:          ¡Ya! , me imagino. Bueno pues que os cunda.. ya me contarás.


Jaime.              Tú me dirás…

Diego:          Mira…he quedado con una amiga, para un tema de trabajo y heDiego:             Te mantendré al corriente. ¡Chao!      

Nos despedimos como colegas que somos, a Martín como a mi nos apetece que la vida tenga algo sustancioso, algún jugo que sacarle al margen de lo cotidiano. Se que le gusta estar informado, sobre todo cuando él tiene parte en el  guión.

He llegado al café, hay poca gente, me acerco a la barra, miro de reojo para ver si la mesa deseada está libre, si lo está, bien…Jaime me ve. Es un personaje bastante peculiar, todavía se le nota sus reminiscencias hippies

Jaime:            ¡Hola Diego!, ¿que te pongo?

 Diego:       Me tomaré un descafeinado de máquina con leche…. Pero querría pedirte un favor...
 He quedado con una persona para tratar de algo muy especial  y he traído algo de música para que la pongas, si no tienes inconveniente. No es que quiera menospreciar la tuya, es más,  creo que algunos temas  los he oído aquí pero lo que vamos ha tratar tiene algo que ver con el clima que me gustaría que hubiera.

Jaime:                No problem…A ver… ¿que traes?

Diego:        Son estos…no tienes que poner todos… quiero implicarte, tú sabes más que yo en esto de conseguir el clima ideal. Lo dejo en tus manos…

Jaime:             Y yo que creía que iba  a ser una tarde aburrida, ja, ja, ja….Vale, venga… siéntate que te llevo el café.

Me dirijo a mi rincón…elijo la silla situada de frente a la puerta para verla entrar,  con el ventanal a mi derecha, dejo la carpeta en el mármol de la mesa. Ya casi es la hora, de momento todo bien, que venga cuando quiera, ya no me importa la espera, lo mío es mirar por la ventana.

Jaime me trae el café, muy caliente como siempre, lo hace  así porque sabe que tardo en tomarlo y de esa manera al menos  cuando decida dar algún sorbo estará templado, es todo un estratega.

Jaime:         He estado echando un vistazo a lo que has traído y he pensado para empezar ... como está el día así… un poco tristón, deberíamos alegrar esto un poco…hombre sin llegar al jolgorio, pero si algo que anime.

Diego:          ¿Y con qué empezamos?

Jaime:         Creo que algo desenfadado, intenso y con final mas amortiguado, let´s call the whole thing off (Vaya a suspender todo eso) de Ella Fitzgerald y Louis Amstrong y luego con algún tema mas del mismo CD.

Diego:       ¡ Lo ves como te enrollas tío…! pues cuando entre ya sabes, dale caña y después sigue en tu línea…Gracias Jaime, de verdad.

Jaime:          Por un colega… lo que sea…oye…¿de verdad que es de negocios?… no se… la música… ya sabes lo que tiene...Je, je, je.

Diego:      Vale ya te contaré, pero si, en principio es una cita de trabajo  y vamos a ver  la posibilidad de colaborar…

Jaime:          Vale… en principio…colaborar…. ya entiendo.

Jaime se retira con sonrisa socarrona, todo esto me hace pensar en mis sentimientos sin tapujos, no se si soy honesto conmigo o trato de engañarme; ¿ y si no me gustan los dibujos de María, seré capaz de decirla que no?, o por el contrario ¿asumiré lo que sea por seguir manteniendo el contacto y convertir en excusa el trabajo en conjunto?

Parece que la cosa se esta poniendo fea, empieza a chispear, enciendo un cigarro, ¿fumará, la molestará el humo? Bueno ya veremos, tampoco soy un fumador compulsivo, si la molesta me lo dirá y ya está.
¡La he visto pasar! ha sido fugaz con un trotecillo de apremio por la lluvia, entra, cierra el paraguas y su primera mirada es hacia el rincón, me ve, después hacia Jaime que esta enfrente, le sonríe,  viene hacia mí, Jaime sonríe socarronamente y me levanta las cejas, yo solo le miro un instante, apago el cigarrillo y me levanto sin grandes aspavientos, pero las silla  suena como arañazo de gato sobre cristal de climalit…vaya música de bienvenida, se acerca y nos plantamos dos besos llenos de cordialidad, se quita la gabardina, solo llego a ver su jersey grueso de cuello amplio y desbocado jaspeado de gris y beige, está guapa, se retoca el pelo; se sienta enfrente del ventanal a mi lado izquierdo, me acomodo despacio sin ruidos, retiro el cenicero a un extremo de la mesa, nos miramos por un instante, deja su carpeta sobre la mesa, es rectangular y amplia y cabe perfectamente  con la taza del café, en esta ocasión quiero controlar mis gestos, se me nota que estoy algo nervioso, a ella también… nos sonreímos….Jaime pone la música.

Diego:            ¿Que tal? Vaya tardecita…

María:      Si, llevamos una temporadita… Bueno…ya estamos aquí… por donde empezamos…

Diego:            No se…pues por pedir algo… ¿que tomas?

María:             Un café calentito también, a ver si me repongo.

Jaime  ha dejado pasar un tiempo prudencial, se acerca.

Jaime:           ¿Que va ha tomar la dama?

María:           Un café descafeinado de máquina con leche.

Jaime me traslada confabulando con la mirada que ya hay una coincidencia. Que personaje.

Jaime:          ¿Calentito?

María:            Si, si, por favor.

Jaime:           ¡Marchando un máquina con leche very hot!

Jaime se va y se lleva el cenicero. En este impass pienso que debería ser yo el rompehielos… a ver que me sale…

Diego:          Bueno María, en primer lugar te reitero las gracias por tu interés y tu rápida respuesta, añadiendo el tiempo que has dedicado a esto y como está la climatología es todo una suerte poder comentar este proyecto contigo tan pronto.

Valiente pedantería me acaba de salir,, siempre tan correcto cuando me pongo nervioso, le daré un toque singular al asunto…

Diego:          Bueno y como del tiempo ya hemos hablado largo y tendido, ahora vamos al grano, mejor dicho a la carpeta.

María:          Que amable y que directo eres…
                       Mira, he traído para que veas  algunas ilustraciones de varios temas diferentes, unas son de hace un año mas o menos pero la mayoría son actuales, es por aquí por donde estoy ahora, no son tan coloristas pero bueno es el momento en el que estoy.

Me sitúa la carpeta para que vaya viendo y ojeando los dibujos.
¡Que fuerte!… me ha impresionado…tiene fuerza expresiva con la acuarela, sus manchas son de primera  intención claras y limpias, seguras y decididas.
 Maria me está observando mientras escudriño en uno y otro pliego las tintas y transparencias que configuran las formas sin apenas dibujo previo.
 La luz exterior entra filtrada por las filigranas del agua en el cristal reflejándose en el papel dando la sensación de movimiento en los dibujos.
Tengo que decirla algo,., ha pasado un rato y no he comentado nada.
Jaime trae el café de Maria con dos galletitas y un cenicero, todo un detalle.

Diego:          María, perdona mi mutismo pero sinceramente estoy con una sensación difícil de manifestar…tenia la certeza que tus obras serían sin duda buenas, pero lo que estoy viendo supera todas mis expectativas… me pregunto si mi relato estará a la altura de tu arte.

María:          Ja, ja, ja, que gracioso, se que no lo hago mal , pero de ahí a pensar que eso puede ser una traba, jajá.

Me he quedado con cara de bobo, se está riendo de lo que he dicho, yo no lo veo tan gracioso, ¿será por su modestia o por que me he pasado en mi entusiasmo?
              

María:           Diego, ¿entonces crees que podemos encajar en este proyecto?

Diego:           Sin duda María… tus dibujos tienen expresividad,  son fuertes y dúctiles a la vez, algo que creo tiene el relato, necesito que me preguntes cosas sobre él, que te pueda aclarar algún aspecto o dificultad a la hora de ilustrarlo.

María:          Tengo algo que preguntarte antes de nada ¿quieres que las ilustraciones sean representativas de los distintos capítulos o solo momentos de situaciones concretas del relato?

Diego:            la verdad no he pensado en ello, ahora a bote pronto  y visto lo visto casi me gustaría que fuera un comic.

María.       Ja, ja, ja. No nos compliquemos antes de empezar, mira he pensado que la portada la dejemos para el final, así que deberíamos centrarnos en las ilustraciones interiores, dime tus ideas.

Diego            Te comento primero en que formatos se realizaría. Hay dos posibilidades de que lo publiquen, una seria por entregas semanales en un suplemento cultural en prensa nacional y otro el relato completo en edición en cuaderno interior con su portada y todo, en principio el compromiso está en el cultural, tendría que concretar con el editor cuantos capítulos publicaría en cada entrega Lo que quedo claro es que en ambos casos irían con ilustraciones.

María:           ¿Pero las ilustraciones serian las mismas?, lo digo por que en prensa  suelen ir en blanco y negro y en el otro formato pueden ir a color.

Diego:          Tienes razón, lo consulto y te lo digo lo antes posible, respecto a las ilustraciones en concreto he pensado que fueran una por capitulo y que tu extrajeras la  imagen mas sugerente  del relato, me gustaría que tu aportación no estuviera influida por nada, solo por lo que tu ves en la historia. ¿Te parece?

María            Bueno, es una responsabilidad añadida pero me das libertad y confianza y eso son buenos principios.

La oscuridad ha transformado el habiente, las luces de las lámparas interiores han dado un tono cálido y acogedor   Jaime a estado pendiente de la música, ha habido momentos intensos de verdad, parece que el ambiente generado a sido agradable y fluido, estamos rozando la perfección. La música sigue sonando, los cafés ya hace tiempo que se acabaron, lo esencial esta hablado, a lo mejor podríamos tomar algo menos formal y me apetece un cigarro.

Diego.           Disculpa Maria, tu fumas?

María:           De vez en cuando… soy fumadora social como se dice ahora, pero si te apetece por mi no hay problema.

Diego:            Y te apetecería tomar algo para celebrar este primer encuentro “profesional”.

María:              Pues si…que podría ser….

Mi mente está en proceso convulsivo, miro instintivamente a la barra en busca de la ayuda necesaria, Jaime no se ha perdido nada de la sesión ha estado pendiente en todo momento, se lo está pasando bien, me mira y sostiene en sus manos dos copas con una botella de cava dispuesta.

Diego:              ¿Te gusta el cava?

María:               Es mi bebida preferida.

Demasiado perfecto, parece el ensayo de una celebración anunciada, levanto la mano a Jaime, se acerca y pregunta  con sonrisa sabia.

Jaime:          ¿Desean los señores?

Diego:         Jaime la bebida preferida de María es el cava y la mía  ya sabes…

Jaime:            Tengo una botella enfriándose hace un rato ya estará en su punto.

María:       Pues no la hagas esperar más, la ocasión la merece…ah Jaime la música también tiene su punto.

Ha estado percibiendo todo en cada momento. Me siento pequeño a su lado, tiene algo que me hace sucumbir, media cara iluminada y la otra mitad tapada por su melena rubia, labios entreabiertos dejando escapar una sonrisa,  no es real, siento un cierto agobio, ¿podría  ser el síndrome de Stendhal?. Quedamos en silencio mientras recoge la carpeta, la apoya en la silla vacante y deja el terreno marmóreo listo para la celebración.
 Jaime se acerca con un pequeño mantel marrón oscuro  y sobre él coloca dos pasos rectangulares de color beige claro, coloca una copa en cada uno. Nos quedamos inmóviles y mirándonos sorprendidos ante tal despliegue, se va y regresa con la champanera y el cava dentro cubierta con un paño de color beige y  un cuenco lleno de fresas y otro con gominolas. Descorcha la botella, nos sirve y la introduce en su recipiente ¡Alucinante!

Jaime:            En el Café Fornos somos así, seguir disfrutando..

Se va, nos ha congelado la inercia, no tenemos palabras nos miramos, sonreímos, es un nuevo momento, nos ha transportado a otra dimensión.
Cogemos las copas, no nos queda otra… las chocamos para el chin, chin, me mira a los ojos, y dice…

María:            Para brindar hay que mirarse a los ojos con el que chocas la copa, ese es el verdadero brindis… la mirada.

Diego:             ¿y lo del deseo?

María:        Los deseos son solo deseos, prefiero las miradas cuentan y perduran mucho más.

Brindamos mirándonos a los ojos, es verdad… nunca se me olvidará este momento, sus ojos azules, llenos de mar, chispeantes y tristes. Todo es tan intenso…
Una vez más me encuentro fuera de mí, subjetivamente situado fuera, en la calle, observando a Maria y a mí a través del cristal del ventanal del café, hablamos, reímos y disfrutamos del momento
 La música sigue cada vez mas lejana, la clientela ha ido pasando como en una película a cámara lenta, charlamos, comemos fresas  y gominolas nos servimos mas cava, mi mirada se aleja hasta perder nitidez  la luz calida del interior contrasta con la luminarias frías  de las farolas y  el luminoso del café Fornos.




                             Fin del capitulo II



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